Compartir experiencias luminosas y dar lugar a las palabras y al silencio; al cuerpo -en movimiento y en quietud-; al vínculo cotidiano con la salud; a la inspiración y la creatividad. Te propongo darnos la oportunidad de generar espacios de reencuentro con la sabiduría de la vida y nuestro Ser de Luz.
martes, 19 de julio de 2011
jueves, 9 de junio de 2011
"El corazón que quería comprender" (cuento)
Había una
vez… un corazón viajero de la Luz, con unos cuantos kilómetros de vida
recorridos, que en su peregrinar por mundos diferentes, descubrió que guardaba
en sí mismo, un secreto deseo de alcanzar ese sueño posible…
En un lugar de un planeta
llamado TIERRA, había una vez un rincón al que nunca nadie se había atrevido a
modificar. Un lugar que seguía sólo aquellos ritmos que su CREADOR le había
asignado; un lugar en el que toda la misteriosa diversidad de la vida era
sagrada.
Ahí, en ese pedacito tan pero
tan especial de esta TIERRA, tan cerca como lejos de cualquiera de nosotros, una
mujer contemplaba en silencio todo su entorno, con grandes ojos asombrados, del
mismo color de la tierra que pisaban sus pies.
Cada vez que su mirada viva
recorría los detalles de ese lugar, descubría el brillo de su propia luz e,
instantáneamente, sus ojos capturaban esas imágenes, que guardaba
impecablemente como si fuera la memoria de una cámara de fotos.
¿Tendría quizás, algún don
especial? ¿Qué era lo que la hacía diferente? ¿Por qué llamaba la atención? ¿Qué
sentido tenía su presencia en ese lugar?
Su apariencia era muy similar
a la de cualquier ser humano, a no ser por ese brillo permanente en su mirada
sin edad, por la luz que irradiaban sus formas al moverse -apenas acariciando el
aire- y por la perfección de sus movimientos que eran una danza acompasando la
vida.
Con cada gesto... con cada
ademán abrazaba hasta la más pequeñita partícula del aire con una infinita
ternura. Su voz era un sofisticado instrumento dentro de la orquesta del
Universo. Ese lugar en el que estaba, realmente era un sitio “súper-especial”.
Allí, todo parecía perfecto... El tiempo no existía y tampoco, el apuro ni las
corridas desenfrenadas por alcanzar quién sabe qué cosas o personas… Toda su
diversidad convivía en absoluta hermandad, todo acontecía
mansamente.
¿Estaría sola aquella mujer
sin edad? Tal vez, no... Se la veía alegre, radiante, vital, libre,
despreocupada. Todo estaba bien en su mundo y absolutamente, nada alteraba su
placidez y felicidad.
El Amor Infinito, la Fuente
Suprema de LUZ, la Gracia Divina… estaban presentes en ella, en su mirada, en su
corazón, en su cuerpo… en cada célula, en cada rincón de su alma!!! Era
indudable!!! Era posible ver claramente que su diálogo con el Creador era
continuo, fluido, murmurante y eterno, como el vaivén de las olas del mar.
Toda su actitud ponía al
descubierto que sus pasos eran guiados a cada instante desde lo Infinito con
especial cuidado y que ella, se dejaba conducir por esa Luz, ese Poder Divino,
sin distraer su atención hacia lo superfluo... con total aceptación de su propio
destino.
Poco a poco, comenzaron a
escucharse otras voces que se acercaban al lugar. Eran tan “cantarinas” como la
de esa mujer; todas juntas creaban una melodía única, profunda, que llegaba a
los rincones ocultos del corazón... una melodía en total armonía con los sonidos
del Universo, un sinfín de acordes armónicos. ¡Era sublime escucharla en
silencio! ¿¡Qué más podía pedir en ese momento que sentirme en absoluta comunión
con esa “Sinfonía Magnífica”?! Hasta las plantas, los pájaros, las piedras…
todo, parecían reunirse sonoramente a ese gran concierto y en esa danza infinita
de la vida.
Fueron sumándose a la escena
hombres y mujeres “sin edades”. pues era imposible calcularlas con sus cuerpos
tan resplandecientes y sin máculas; con sus rostros sellados por sonrisas
plácidas y relajadas, irradiando amor en cada palabra, en cada gesto… expresando
PAZ, esa Paz tan añorada por nuestros corazones humanos, tan buscada por todos
los rincones de nuestro cotidiano vivir, cansados ya de guerras, agresiones,
desencuentros y ausencia de AMOR.
De repente… ese corazón que
quería comprender, que hablaba… ME hablada! Y comenzó a latir con toda su
potencia vital dentro de mí! Podía escuchar su voz, percibir su pulso rítmico
haciendo vibrar cada uno de mis átomos, transformando mi entorno conocido, hasta
dejarme justo en le medio de aquel círculo de seres en comunión de
almas.
Me quedé muda de asombro…
¿era parte de ese grupo o simple espectadora interdimensional?
Sentí que el aire se detenía
a mi alrededor… que los sonidos formaban una campana melodiosa y envolvente… Una
oleada cálida abrazó mi corazón y acarició mi alma y se detuvo el movimiento;
entré en pausa… Una misteriosa y amorosa sensación se apoderó de mí en ese
instante. De pronto, los límites entre sueño y realidad se habían esfumado y yo,
era parte de ese grupo de seres…”
Esther Mónica
Shocron B.
1998/2011
miércoles, 4 de mayo de 2011
LUNA NUEVA ... Cuando nuestra mirada va hacia el cielo y no vemos la luna… sabemos que ella está allí, esperando emerger en toda su plenitud.
La luna nueva
simboliza la importancia de la pausa entre una acción visible y otra. Es un
momento único que nos invita a sintonizarnos con su energía, abriendo un
espacio de silencio; haciendo un compás de espera para reflexionar, evaluar,
comprender y conectarnos con la esencia de la Verdad.
El periodo de la Luna Nueva es un
momento especial para activar nuestra mirada interna; es una oportunidad para
conectarnos con la inspiración y la percepción e iniciar un camino de sanación
y expansión de nuestra conciencia.
En el
silencio, podemos reconocernos, percibirnos y prepararnos para acompañar el
tránsito de la Luna Nueva,
desde su “invisibilidad” hasta su máxima luminosidad. De este modo estaremos
preparando todo nuestro ser para recorrer caminos con corazón y nutrir nuestros
más profundos deseos para que se manifiesten en todo su esplendor.
La Kabalaha y sus enseñanazas
Las energías de este mes son energías para crecer.
En este mes, de acuerdo con las enseñanzas de la Kabalah, se están
atravesando los 49 días de la cuenta del Omer -un camino espiritual para
trascender nuestros defectos, purificar y santificar nuestra alma. Esta práctica consiste en un recorrido por las “sefirot” del Árbol de la Vida, vinculándonos cada
semana con una “sefira”, y cada día
con un aspecto de esa “sefira” en relación con las demás,
abarcando durante las 7 semanas, diferentes áreas de crecimiento. Este
recorrido requiere de nuestra parte compromiso, disciplina y continuidad para
poder corregir los aspectos que la sabiduría mística propone en este periodo.
Es el momento de la introspección, de observarnos hacia adentro, silenciosa y
conscientemente, para revisar todas las facetas de nuestra vida, nuestras
conductas y actitudes y decidir modificar aquellos aspectos, conductas y
actitudes en virtud de los consejos de nuestra sabiduría interna.
Nosotros y la Luna Nueva de Tauro- del mes Iyar
Para crecer tenemos que ir más allá de la pura
inspiración (energía del mes anterior). Es necesario atravesar un proceso para
alcanzar sabiduría y evolucionar espiritualmente.
La cualidad de este mes está vinculada a la tierra;
la energía de esta luna de Tauro, requiere de nuestra parte concentración,
silencio, recogimiento. Necesitamos
estar disponibles para vivir plenamente el proceso y delinear el sendero que queremos
recorrer, con un plan de trabajo, un orden, con disciplina. La energía de esta
luna nueva nos está abriendo las puertas para crecer paso a paso, día a día. Su
luz es apenas un resplandor, pero el resplandor nos permite saber que está
allí, lista para su máxima expansión.
Nuestra tarea comienza con la Luna Nueva pero nuestro
proceso completo continúa y acompaña las fases de la luna hasta llegar a la siguiente Luna
Nueva, que se presentará con otra cualidad especial, con la cual podremos
vincularnos. La energía de este mes pone a nuestro alcance aquellos elementos necesarios
para recorrer este camino de superación, de crecimiento personal y
expansión de la conciencia. Este mes representa la individualidad a la cual
hemos de darle presencia.
Esta Luna Nueva, nos invita a trabajar sobre el pensamiento
a través de la búsqueda de la verdad. Se corresponde con Tauro, con el mes IYAR del calendario hebreo y con el
riñón derecho (energía femenina) con relación al ser humano.
Siguiendo
este proceso analógico, la función del riñón es depurar, filtrar las toxinas,
las impurezas de la sangre; la introspección nos permite revisar las diferentes
facetas de nuestra vida, nuestros comportamientos y actitudes y decidir
modificar lo que esté a nuestro alcance de acuerdo con la guía de nuestra
sabiduría interna, que proviene de la función psicológica asociada al riñón. Este trabajo
personal interno es riguroso, disciplinado, perseverante tal como se infiere de
las cualidades de Tauro (toro).
sábado, 12 de marzo de 2011
viernes, 11 de marzo de 2011
Carta Abierta a la Gran Familia Humana...
... frente a la “agitación”
planetaria
Desde mi corazón
abierto… un abrazo desde el alma para cobijar a quienes están transitando
experiencias de vida casi al límite de su comprensión y sensibilidad,
siguiendo el ritmo de nuestra Madre Tierra y sus mares.
En estos momentos de gran
agitación planetaria, en el cual las noticias danzan en palabras y en imágenes
alrededor de GAIA, recordemos nuestra GRAN UNIDAD. Somos miembros de esta
gran familia humana, planetaria y cósmica y lo que afecta a una parte de ella,
en realidad nos afecta a tod@s.
Las experiencias de vida en
estas circunstancias movilizan hasta la última molécula de nuestras anatomías,
de nuestros sentimientos y pensamientos; trascienden tiempo y espacio hasta encogernos
el corazón y tocar las puertas del alma, volviéndonos hacia un instante de
callada pausa.
Siento aquí y ahora, que es
prioridad conectarnos profundamente con ese espacio de comunión
silenciosa, de conexión con la
Gran Unidad, con el
amor incondicional, con lo transpersonal, conscientes de nuestro sentido de
trascendencia, para poder percibir con mayor facilidad, hacia dónde hemos de
orientar nuestros pasos a cada instante.
Desde aquí, nos
propongo asumir con espíritu de generosidad y servicio, el
compromiso de estar plenamente conscientes de la necesidad de nuestra
disponibilidad para fines que trascienden lo personal, que hacen al Bien Común
y facilitan nuestra flexibilidad para adaptarnos rápidamente a los giros de las
circunstancias y hacer nuestra parte en el Gran Contexto en el que tod@s
vivimos.
Con nuestra mente clara y el
corazón abierto...
¡¡¡Manos a la obra !!!
¡¡¡Manos a la obra !!!
miércoles, 2 de marzo de 2011
Casi una experiencia mística...
... que mi corazón, más allá del espacio y del tiempo, quiere compartir hoy, con la misma intensidad que lo hice aquél verano del 2005...cuando volví del Sur.
“Estoy parada
en silencio, contemplando el paisaje; me siento pequeña ante la majestuosidad
de estos hielos gigantes, azules, con algunas manchas pardas y oscuras. Es un
rincón de nuestra Tierra, bien al sur , casi al final del mapa de Argentina. Este lugar tiene magia, tiene poder;
es absoluto y sobrecogedor; es imponente y solemne; es sagrado.
Me quedo
muda ante su presencia! Es injusto limitar esta experiencia profunda a unas
cuantas palabras. Mi corazón late con fuerzas; siento el frío en mi rostro, el
aire húmedo y la llovizna, pero no me incomodan. Estoy acá, increíblemente
traída por la vida hasta este rincón del planeta. Sé que todo tiene un motivo,
pero no me he puesto a buscarlo; sólo quiero sentir, dejarme llevar hasta donde
he de llegar. No quiero que las preguntas me distraigan. Shhh!!! Silencio.
Mi cuerpo se
siente confortable; mi menta serena y mi corazón activo. Las nubes cubren el
cielo con blancos y grises; los hielos permanecen… ¿permanecen? De pronto mi
corazón da un salto; siento que los hielos no permanecen; escucho un fuerte sonido, algo así como un trueno
lejano... y luego, otro... y otro más; son partes del
glaciar cayendo en las aguas gélidas del Lago Argentino. Siento ganas de
llorar; son esas lágrimas que brotan de las profundidades desconocidas de mi
propia esencia; es como un grito
ahogado; ¿de dónde viene? Tal vez, de la naturaleza que pide auxilio., del alma del glaciar, del alma de la Madre Tierra. No estoy
delirando! Apenas estoy con mi sensibilidad a flor de piel y la conciencia
expandida, más de lo que podría imaginar; de repente no sé si me he convertido
en el mismo glaciar; siento el impulso de abrazar su inmensidad con los brazos
del corazón, esos brazos extensos que abarcan horizontes ilimitados. Me siento
en estado de Gracia!
Iniciamos una lenta peregrinación sobre el manto helado del Glaciar Perito Moreno.
Camino
lentamente en ascenso; me siento en comunión con todo lo que me
rodea. Mis ojos contemplan, silenciosa mi mente y murmurante mi corazón; mi
respiración sigue el compás. La vida
está aquí; está más allá de los rincones que pueden ver mis ojos. Mis oídos
pueden llevarme trascendiendo la mirada hasta descubrir los sonidos más leves y
distantes. Soy una parte más de todo y, sin mi presencia, esto tampoco sería posible;
si no estuviera aquí con mis pies en el hielo, con mis manos al aire, con mis ojos
abiertos, mis sentidos alerta y el corazón sin corazas ¿quién le pondría
voz al glaciar?
Mis
pies se clavan alternadamente en la superficie helada, por tramos transparente
y azulada, agrietada y filosa; con lagunas azules, quietas y mudas. Siento que
desde mis pies crecen raíces hacia el interior del glaciar y me sostienen
unida a él.
Escucho
el viento traspasar las montañas silenciosas y heladas; es tan difícil
transmitir este sentimiento que brota desde el centro de mi ser, como comprenderlo si no se vive la experiencia. Me reconozco porque soy parte y no estoy
aparte. Siento
la llovizna fría y constante sobre mi cara pero no me molesta. Estoy en comunión
con la naturaleza y esto hace todo confortable, fluido y sereno. No hay reclamos
sino aceptación.
El
ascenso en fila continúa, con pequeños altos para contemplar y guardar en la
memoria. Todo el grupo sigue la huella marcada por los guías ... se escuchan las voces, las risas, los clicks de las
máquinas de fotos y también los silenciosos paseos visuales de las filmadoras, ojos al
acecho de las imágenes, los colores y las formas. Pero yo, necesito quedarme en silencio unos minutos;
preciso aquietar mis pensamientos, parar las preguntas, detener la marcha,
evitar las interferencias externas e internas.
Siento
la urgencia de ir hacia adentro, de arrodillarme ante esta sagrada inmensidad; de dar las gracias por haber llegado hasta este lugar... como si éste, fuese el único acto casi posible en este momento.
Somos
tan pequeños… Aún tenemos tanto que aprender para cuidar aquello que la vida
nos ha dado en custodia; no somos los dueños sino apenas sus guardianes, tal
vez, ángeles custodios de todo esto que merece nuestro respeto absoluto y
permanente, porque cada uno de los componentes de nuestro planeta, no
tendremos sentido para nuestra existencia en él... Y todo aquello que pierde su
sentido de existencia, DE-SA-PA-RE-CE."
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